jueves, marzo 11, 2010

 

Atraco frustrado



Apenas crucé por esa calle entendí que había cometido un error. A media cuadra sentí en la espalda al malandro dispuesto a robarme apoyando lo que supuse era su pistola entre mis vértebras lumbares.

- ¡Dame la cartera y el reloj! – me espetó con acento camorrero

- Toma la cartera – le dije – pero ahí hay sólo los 20 Bs que iba a utilizar para pagar el taxi hasta mi casa y aquí está el reloj…pero ya está casi sin pilas y se atrasa cada 15 minutos.

El tipo tomó impaciente la cartera y efectivamente consiguió los 20 y una tarjeta electrónica. El reloj igual se lo puso aunque pudo comprobar que ya estaba bien atrasado además de tener la mica muy rayada.

Señaló hacia delante:

- ¡Allá hay un cajero, vamos para que saques dinero! – me ordenó

Al llegar al cajero medio tropezando y mientras marcaba mi clave le comenté:

- Esta mañana pagué la luz, el teléfono, una deuda que tenía con tres amigos y un almuerzo en Burger King. Tengo nada más como 70 Bs en la cuenta –

Él atracador comprobó mi bancarrota en la pantalla y se comenzó a molestar:

- ¡Bueno, dame esa ropa, pues, paltó, pantalón, camisa, zapatos!-

- Ve agarrando pues…pero te digo que esta chaqueta me la regaló un amigo hace como 5 años y es la única que uso para ir a trabajar alternándola con un suéter viejito que tengo. Mira. Tenía unos rotos en los codos y en uno de sus bolsillos pero lo mandé a arreglar hace como un año – le dí la chaqueta y luego quitándome los zapatos le dije – estos zapatos ya están comidos por dentro. Hace 1 mes les puse unos cartones con goma espuma para que la suela no me hiera los pies…y bueno, tienes que echarle betún cada dos días pues se decoloran con cualquier lluviecita.

El malandro fue cada vez bajando su violencia. Guardó la supuesta pistola y fue agarrando la ropa. Me miraba curioso. Yo proseguí:

- Esta camisa todavía sirve pero ya está amarillenta en el cuello y las mangas. Es una de las tres que tengo para ir a trabajar y el pantalón, oye, ese si es nuevo, lo compré hace 2 años en los buhoneros y salió bueno. Nada más una vez se me rompió en la entrepierna, aquí ¿ves?

El ladrón me dijo:

- No, no. Vístase otra vez. ¿Celular? ¿Ipod? –

- Ipod no tengo. Lo último que usé fue un discman de los primeritos que salieron, pero se me dañó. Y aquí está mi celular, lo tengo desde hace 8 años. A veces se apaga solo pero tiene buena señal y le caben casi cien números telefónicos. Agarra ahí

El choro miró su reluciente Nokia y casi se rió de mi teléfono.

- No vale amigo, olvídalo, ese no me lo van a querer ni regalado… ¡ajá! ¿Y que traes en ese maletín?

- ¿Aquí? – respondí mientras se lo mostraba – un periódico, dos revistas del año pasado, una planilla del seguro, unos avisos clasificados y una galleta de soda ¿quieres?

El malandro no quiso la galleta sino que me acompañó hasta una licorería que estaba a dos cuadras de esa callecita oscura. Me brindó dos cervezas y una sopa, me dejó hacer una llamada y luego se despidió dejándome 50 Bs además de los 20 Bs que me había quitado antes.

Nunca entendí esa mirada que me echó antes de irse.

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Comments:
este cuento me gustó mucho, gracias
 
EXCELENTE!! Increible pero así a veces pasa!...
 
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